En un reciente artículo publicado por ARCHITECT magazine, el columnista Aaron Betsky examina el potencial del arquitecto chileno Alejandro Aravena como nuevo director de la 15º Bienal de Venecia, que se celebrará el 2016. Después del cinismo, el realismo, o la crítica constructiva de Elements of Architecture: la 14ª edición de la Bienal de Arquitectura, dirigido por Rem Koolhaas, Betsky comenta que la participación de Aravena es una buena noticia. Aravena promete una Bienal que argumenta a favor de una arquitectura que busca mejorar la calidad de vida para todos:
"Hay varias batallas que deben ser ganadas y varias fronteras que necesitan ser ampliadas con el fin de mejorar la calidad del entorno construido y en consecuencia la calidad de vida de las personas. Esto es lo que nos gustaría que la gente venga a ver en la 15º Bienal de Venecia: historias de éxito que valen la pena ser contadas y valiosos casos ejemplares que deben ser compartidos, donde la arquitectura hizo, es y será la diferencia en esas batallas y fronteras".
El artículo destaca la importancia en la elección del director de la Bienal, él es responsable de tomar el pulso de cómo se debería y podría plantearse la arquitectura a través del mundo. Ellos son los responsables de marcar el tono. El pasado se ha marcado por posiciones conservadoras como David Chipperfield o Deyan Sudjic y posturas más radicales, que se cuestionan los mismos límites de sus medios de comunicación, como en la actual Bienal de Arte, por el curador nigeriano Okwui Enwezor.
El autor reconoce cómo Aravena ofrece una alternativa a esta dicotomía. En su trabajo existe una forma de crítica construida y constructiva. Él mismo no se ha preocupado tanto en tomar una posición teórica o en desarrollar un estilo, como en dedicarse a tallar una práctica en la que se encuentra la manera de ayudar a las personas con pocos medios para tener acceso a un mejor espacio construido.
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